Durante una intervención en la CPAC en Estados Unidos, Abascal afirmó que el Ejecutivo español, a través de sus políticas energéticas, está financiando la guerra de Putin al duplicar las compras de gas ruso.
Abascal afirmó que “las bombas rusas las paga Sánchez” al referirse a la estrategia del Gobierno de aumentar las adquisiciones de gas ruso. Según Abascal, el Ejecutivo “ha duplicado las compras de gas ruso a escondidas mientras presume de apoyar a Ucrania”, según reporta medio español “El Correo de Andalucía”, el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero asegura que las empresas energéticas estatales españolas compran gas a Rusia por más de 8200 millones de euros, en medio de la guerra, siendo el segundo mayor destino de las exportaciones de gas ruso del continente, siendo Rusia el segundo mayor suministrador del gas que pasa por España.
Estas declaraciones se insertan en un contexto de creciente preocupación por la dependencia energética de España y las implicaciones internacionales de mantener relaciones comerciales con Rusia en plena crisis derivada de la invasión a Ucrania. Abascal no dudó en señalar que, “con ese dinero que han dado los populares y los socialistas europeos, se ha financiado también la guerra a Putin”, acusando al Gobierno de facilitar, de forma indirecta, el sostenimiento de la guerra y del gobierno ruso mediante las compras de gas mientras de manera oficial muestra apoyo a Ucrania.
La reacción de Sánchez
La respuesta del Gobierno no se hizo esperar. Fuentes cercanas a Pedro Sánchez informaron que el presidente se mostró “extraordinariamente enfadado” tras conocer las declaraciones de Abascal. Según estos testimonios, el cabreo fue tal que se barajó la posibilidad de responder en el Congreso de los Diputados en un tono igualmente contundente. Este episodio ha intensificado las tensiones entre la oposición y el Ejecutivo, en un momento en el que el debate sobre la política energética y la dependencia del gas ruso ya había generado inquietud en múltiples sectores de la sociedad.
La crítica de Abascal se dirige no solo a la estrategia energética, sino también a lo que él percibe como una contradicción en la política exterior española. Mientras el Gobierno recorre el camino de mostrar apoyo a Ucrania, Abascal sostiene que esta postura se ve empañada por la práctica de adquirir gas ruso, lo que, según él, termina por financiar el conflicto de forma indirecta.
Política energética y estrategia exterior
La polémica se enmarca en un escenario global en el que la seguridad energética y las sanciones contra Rusia se han convertido en temas de debate central. La política de sanciones adoptada por la Unión Europea contra Rusia ha sido un instrumento clave en la respuesta internacional ante la invasión de Ucrania. Sin embargo, la realidad de la dependencia energética de algunos países europeos, entre ellos España, complica la implementación efectiva de estas medidas.
En su primer mandato fue Trump quien criticó la construcción del gaseoducto Nord Stream 2 que aumentaba la dependencia energética de entonces de Europa que tenía con Rusia. La Unión Europea ha dejado fuera las importaciones de gas del conjunto de los vetos comerciales y sanciones económicas que ha ido armando contra Rusia. Sólo el año pasado dio un tímido paso prohibiendo la reventa a países de fuera de la UE del gas natural licuado (GNL), el que se transporta por barco, si éste procedía de Rusia.
Los grupos de derecha del parlamento europeo Grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, Patriotas y Europa de las Naciones Soberanas tienen distintos enfoques sobre el conflicto ruso-ucraniano, siendo los primeros más partidarios de Ucrania y los últimos de Rusia.