Si de filfas, bulos o paparruchas se trata, la “Cultura” y un “Misterio de Cultura” serían el ejemplo perfecto

No más Ministerio de Cultura: ni de culturas, ni de artes o el patrimonio ni de nada de lo que huela a “cultura”, ni de la Cultura A, ni de la B, ni de la C.

Si de filfas, bulos o paparruchas se trata, la “Cultura” y un “Misterio de Cultura” serían el ejemplo perfecto. Todos hablan de “cultura”, y nadie es capaz de definirla. En clave posmoderna, diríamos que es un significante vacío o mejor dicho, un bolsillo de payaso en donde cabe de todo, de lo que a cualquier pelafustán se le ocurra, es todo y nada al mismo tiempo. Más allá de disquisiciones etimológicas, en el presente en marcha decir cultura es un flatvs vocis, un soplo de voz, un flato, una palabra vana más, sin contenido en la realidad real. No se crea, que negamos los efectos de la palabrita, la que es usada institucionalmente para promocionar agendas, planes y programas de la modernidad y posmodernidad rampantes y galopantes.

Nadie niega que no debamos cultivarnos, por cierto que no. Pero ese cultivo, es como la educación, privativo de las familias: no puede subsidiarse artificialmente. En términos amplios, cultura incluiría avances industriales y tecnológicos, obras públicas útiles y al mismo tiempo bellas. Pero como vivimos en el indiferentismo y el relativismo, sería tan ridículo como buscar el culto a Dios en una sociedad atea. Con esto queremos decir justamente, que esta obsesión por la “cultura” (para los que se la creen) es parte de -justamente- saciar la necesidad de transcendencia.

La temática es complejísima, no se le está quitando el traste a la jeringa. El objeto de esta columna, es llamar su atención, “tratar” de definir cultura, y derechamente preguntarnos: ¿es necesario un Ministerio de Cultura? ¿sabemos realmente lo que estamos financiando?, ¿es necesario gastar fondos en necesidades (que si bien pueden existir) ostensiblemente pueden y deben ser rotuladas de superfluas? Lo digo así, dicotómicamente y sin matices: ¿seguridad o “cultura?, ¿salud o “cultura”? ¿desarrollo económico o “cultura”?

Gustavo Bueno critica la noción abstracta de Cultura, considerada hoy como valor supremo e idea política fundamental. Se presenta a la Cultura como una idea confusa, transformación de la idea cristiana del Reino de la Gracia, opuesta a la Naturaleza, que comienza su triunfante andadura en la filosofía del idealismo alemán y ha llegado a formar parte en nuestros días de la cúpula ideológica de nuestras sociedades: el mito de la Cultura.

En vez de promocionar la “cultura” de cada partido o facción, debiéramos derechamente proponer la eliminación de cuajo de todo financiamiento estatal o municipal de cualquiera de sus manifestaciones, exhorto a los “libertarios” a ponerse serios y a pitearse el Ministerio de Cultura, así…de una.

No más Ministerio de Cultura: ni de culturas, ni de artes o el patrimonio ni de nada de lo que huela a “cultura”, ni de la Cultura A, ni de la B, ni de la C.


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Plinio de Lira Sin Mella

Contra-Revolucionario, anticomunista, antiliberal, anti 1789