Ya ha pasado una semana desde que se desató la polémica en el festival de Viña del mar, cuando la canción del “artista” de pseudónimo “Dani Ride” fue elegida para representar a Chile, una pieza musical totalmente blasfema que se burla de las llagas y corona de espinas de nuestro Señor, aunque esto es quedarme corto.

La canción con un nombre tan sutil como “Infernodaga” es una composición que recuerda a un Pop comercial y que se adhiere a esta inmunda tendencia anglosajona de escandalizar. Lo primero que se puede analizar es su video musical, un festival a la blasfemia: Comienza con una escena de un funeral a partir de la cual se desata todo un festival dedicado al demonio (literalmente), el sacrilegio es peor porque se continúa con la ya mencionada ofensa hacia nuestro Señor y su crucifixión con una suerte de disfraz que hace el cantante, mas esto no acaba aquí; porque se sigue con el mismo protagonista de la obra confesándose con un indecente disfrazado de sacerdote, escena que se va poniendo cada vez más sugerente y acaba dando beso a este. Y finalmente este resucita para acabar con un espectáculo con reminiscencias diabólicas.

Más que amor se nota el gran afán por escandalizar y generar odio en el católico.
Por el otro lado tenemos la letra, un suplicio que como facho ignorante tuve que sufrir para encontrar entender el profundo mensaje, más blasfemia, comenzando por su coro:
Si el paraíso es así
La infernodaga entierro en mi
Lo siento pero cuando me besa
Se abre una puerta que da luz a mi oscuridad
Una aceptación del pecado acompañada de su condenación, una blasfemia al espíritu Santo y non serviam declarado. Muy en resumen prefiero detenerme hasta aquí porque la desconstrucción hecha al Padre nuestro es suficiente para torturar a cualquier lector.
La voz fue alzada por el concejal republicano Andrés Solar y rápidamente se pudo ver la politización de la temática que curiosamente no ha estallado.
La respuesta de Dani Ride
Ante la controversia era de esperar la respuesta del entre comillas artista, quien respondió en su Instagram “mi discurso no tiene nada de odio, solo mucho amor” porque claro que burlarse del credo católico y de aquel que dio la vida de su hijo por nosotros no es un acto de odio, mostrando el gran orgullo del artista. Algo que no se queda en esos comentarios, porque sigue apelando al victimismo de siempre diciendo que “Hay muchos grupos de muchos sectores de Chile que no son representados en los medios, entonces por eso también se ha generado cierta polémica” como si fuera su condición el problema y no la letra blasfema de su obra para finalizar acusando a sus detractores de “no entender su canción”.
La respuesta del mundo católico
Un comentario que se ha vociferado mucho es la tímida del mundo católico, a diferencia de lo ocurrido el año pasado en los juegos olímpicos no se ha visto una respuesta desde el obispado y solo pocas agrupaciones católicas han intentado levantar la voz frente a esta injusticia y les doy la razón en tanto este no es un problema a tomar por republicanos sino por los católicos. Por el mismo motivo es que en este artículo exhorto no a tomar represalias contra el artista, debemos rezar por su conversión, el boicot debe ser hecho contra el festival de Viña, evitar la transmisión del festival y a tomar más acciones de manera que tengamos las merecidas disculpas a nuestro Señor Jesús.
Vivimos años convulsos en el que se ha intentado tomar el nombre de Dios en vano, ya tenemos los ejemplos de los juegos olímpicos, la obra de teatro en Perú y por último el gran boicot contra Emilia Pérez; y no debise hacer este llamado porque nosotros estamos llamados hacer respetar nuestro credo.
Si deseas ayudar, firma esta petición.
Señor, perdónelos que no saben lo que hacen. Amén.
