
Como parte del gran invierno demográfico, cada día más real a medida que avanzan las manillas del reloj de la perdición, la natalidad en Japón sigue siendo una problemática capaz de darnos nuevas sorpresas porque se ha reportado otra gran caída en el número de nacimientos, alcanzando los 661.577 en total. Una disminución del 5,1 % en comparación con el año anterior según los datos del gobierno del país asiático. Ciertamente lo que demuestra otro fallo en los intentos de los gobiernos por volver a los números del antaño.
Esta caída en los nacimientos ha generado serias preocupaciones por las consecuencias que ya se están viviendo y que parecen continuar, especialmente en términos de la disminución de la población activa y la escasez de mano de obra en sectores críticos como el de la asistencia sanitaria, sin mencionar la falta cada vez más creciente de servicios en áreas rurales y urbanas que nadie quiere hacer por la sobrecualificación de la abundancia de títulos.
Ante esta preocupante tendencia, el gobierno japonés ha aprobado el “Kodomo Mirai Senryaku“, un ambicioso programa anual con el objetivo de frenar la caída de la natalidad. Este sistema de apoyo será financiado mediante una subida de las primas de la seguridad social, lo que implica otra subida de impuesto, pero con la problemática mayor de la implicancia de una carga aún mayor en el trabajador japonés, que a partir de ahora deberá trabajar más horas para suplir las necesidades de esta economía envejecida, mala noticia si consideramos que ya trabajaban mucho.
Chile se suma a esta tendencia con su tasa de fecundidad del 0,88% dado a conocer por el instituto nacional de estadísticas (INE) hace unos días. Aunque nuestro país no haya llegado al punto sin retorno tomado por Japón, como fue mencionado al inicio de esta noticia, solo es cuestión del tiempo para que empecemos a sufrir las consecuencias de la baja natalidad, noticia amarga si consideramos la productividad alcanzada por los chilenos en 40 horas, tal vez el sueño de la izquierda de reducir la hora laboral sea otras de sus locuras para trabajar más, porque por supuesto que tenemos gobernantes de talla japonesa que idearán soluciones económicas efectivas y una tecnología de último nivel para sortear la crisis que se viene (sarcasmo).
Hasta entonces, sigamos viendo cómo avanza la situación.